Es uno de los itinerarios más conocidos de la comarca. Su trazado discurre por Monte Río Los Vados o Monte Ucieda, un robledal donde también habitan otras especies como el haya o los brezos. Vas a tener la oportunidad de ver ejemplares catalogados en el Inventario de  Árboles Singulares de Cantabria como el Roble Tumbado o el Haya de Bujilices.  El inicio es la Casa del Monte. Seguimos la pista y a unos 700 metros encontramos un puente y la señal que nos indica el desvío a la derecha, hacia la Braña del Moral. El ascenso es de 4 kilómetros. Pasada la Casa del Andinoso, nos desviamos a la izquierda. Ahí comienza el sendero que nos llevará por el monte donde además del bosque y los Árboles Singulares, vas a poder ver las ruinas del pueblo de Rozas,  abandonado en el siglo XVII, y restos de carboneras. En estos lugares se hacía el carbón vegetal usado como combustible en los hogares y en industrias como las ferrerías. Al final del sendero llegaremos a la Vuelta de la Cotera donde enlazamos con la pista que viene de la ruta del Hayacorva, para regresar a la Casa del Monte.

Datos técnicos y recomendaciones:

► Inicio y final: Area recreativa Casa del Monte
► Longitud: 15,80 km
► Duración: 5 h
► Dificultad: media
► Tipo de ruta: circular
► Desnivel: +690 m./ -690m.
► Tipo de camino: pista y sendero
► Señalización: señalizada como CA-ENP35. Colores verde claro y oscuro                                 
► Agua potable: fuente en Ucieda

Observaciones: 

1. Se recomienda llevar descargado un track de la ruta. Está señalizada pero en caso de duda, no hay cobertura de móvil.  
2. Lleva buen calzado.
3. Deja sólo la huella de tus pisadas: la basura que generes, deposítala en el contenedor adecuado cuando regreses.
4. La zona interior del bosque no está preparada para hacer en bicicleta. Solo es para hacer a pie.
5. Al estar dentro de la Reserva Regional de Caza de Saja, se recomienda comprobar el calendario de batidas. Sector Vados norte y Vados sur            
6. Convive en armonía con el entorno: observa la fauna a distancia y respeta la flora. Si caminas en silencio podrás descubrir gratas sorpresas.

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